lunes, 20 de marzo de 2023

VIRIDITAS, 3: El rosal japonés de flores amarillas

El primer Director Gerente de la Casa de Salud Valdecilla fue el doctor Wenceslao López Albo. Su familia era de Colindres. El panteón familiar se encuentra en el cementerio de esta villa pejina. Permanece casi en su totalidad vacío. El doctor falleció en el exilio mexicano, donde reposan sus restos.

Su última casa, aparte de la que tenía en el Hospital, estaba no en Colindres sino del otro lado del río Madre, que es el que hace de frontera con Laredo. Era una casona de indianos en la que no faltaba un hermoso jardín también indiano presidido por dos palmeras monumentales.

La casa se encontraba en muy mal estado de conservación. Los propietarios, que ya no eran los herederos del doctor, habían dejado las ventanas abiertas para acelerar el deterioro. La casa finalmente la tiraron. Arrancaron las verjas. El jardín quedó arrasado. Tumbaron los troncos de las palmeras a la entrada para evitar que aparcaran coches en el solar.

En la cancela había dos anagramas, de Wenceslao López uno y de Gumersinda Albo otro, padre y madre del doctor. Eran de un estilo parecido al del anagrama de la imagen corporativa de la Casa de Salud Valdecilla, todavía hoy vigente.

En el Hospital no se conserva el jardín en su forma original pero el jardín sigue estando. El jardín, en su recorrido circular del tiempo, rebrota cada primavera. Bajo la fachada oeste del pabellón 16, donde está la Biblioteca, hay plantado un rosal japonés (Kerria japonica) cuyas flores amarillas, cada vez distintas pero siempre las mismas, reflejan la luz del sol desde los años veinte.