Al cuervo le gusta jugar en el aire, hacer piruetas, quiebros, se lo pasa bien, se divierte. Es un ave capaz de hacerlo, disfrutar.
Últimamente, ahora que los días son cortos y llego antes de que amanezca, le oigo desde mi despacho pasar graznando, camuflado en la noche, planeando entre los pabellones como entre vientos.